De la Calle propone eliminar la Registraduría y trasladar sus funciones al CNEE, como organismo colegiado. Algo similar a lo dispuesto en la Reforma de 2003, donde el CNE escogía al Registrador, los nueve consejeros prácticamente se convertían en registradores y las decisiones eran adoptadas por estos diez funcionarios en igualdad de condiciones.